Chanquete escribió: ↑Lun Abr 08, 2024 3:22 pm
Para mi, es una prioridad, un velero DEBE ser perdonante!
Si coincido con que el barco debe ser perdonante.
En general los quillotes no se caen sin avisar
En la nota dice
Se descarta la pérdida de quilla por el choque con un objeto flotante, por la ausencia de rastros en el casco, aunque sí se tiene constancia de una vía de agua comunicada por el patrón y de origen desconocido
El barco avisó.
Por otro lado la gente cree que los barcos en los astilleros se construyen con los mismos controles de calidad que otros productos, como ser los autos y no es así. Se construyen artesanalmente, aún los astilleros más tecnificados de EEUU y Europa que están bastante automatizados, siguen siendo "artesanales" en comparación con otras industrias.
Ni hablar de los astilleros argentinos. En los 70 cuando apareció el PRFV se convivieron dos conceptos de construcción, ambos a prueba y error.
1 estaban quienes construían como si fuese en madera pero con PRFV, con espesores similares al forro del casco de madera y refuerzos estructurales por todos lados.
2 estaban quienes construían sacando provecho de la construcción monolítica del PRFV abusando del efecto cascara de huevo.
Luego se fue llegando a construcciones más lógicas en espesores, grillas estructurales, etc.
En los 90 aparecieron los “Harvard Boys del diseño y la construcción náutica” optimizando al máximo la estructura del barco, pero no tenían en cuenta que la construcción era artesanal. Todo eso sin olvidarnos de la mayor o menor seriedad de los astilleros, la construcción artesanal y semi artesanal (los Kits), que se alquilaban las matrices y uno mismo se construía el barco.
A todo esto hay que sumar lo barcos en kit de los 70 y 80 que como comenta Chanquete eran una cascarita y dependía de cuanto lo reforzara el armador como quedaría de frágil o robusto el barco.
Todo ese menjunje está flotando y a veces navegando en nuestras aguas.
Quillotes desprendidos que yo recuerde son varios pero bastante pocos respecto de la cantidad de barcos y su calidad de construcción de nuestra flota rioplatense.
Recuerdo :
El Tero, un Chajal 25, que tocó fondo frente a la barra de San Juan, y se desprendió el quillote a mediados de los 80. Un tiempo antes como el quillote tenía algo de movimiento le habían cambiado las arandelas del quillote por unas de ala ancha.
Un Lef 30 que no recuerdo el nombre que se hundió frente a San Isidro a mediados de los 90, un tripulante que corría en ese barco comentó que cuando iba ciñendo se notaba como se movía el piso del barco al subir y bajar las olas
Un Pandora 39 (o 41) que se le desprendió el quillote frente a Torres, Brasil, ya le habían estado haciendo reparaciones antes de ese viaje.
El Chantón, un 23 pies que tocó la restinga de Farallón y se le metió el quillote adentro. Era un barco de madera laminada que navegaba mucho pero era un milagro que siguiera flotando.
El Yancamar Colibrí 24 que este verano se varó frente a San Isidro se le desprendió el quillote
Por otro lado hay barcos que vemos navegando que han pegado flor de golpes contra piedras o fuertes varadas sin consecuencias
A fines de los 80, el Mala Cara, un Resch 26, se varó en el refulado del Mitre, se comió tres días de temporal del SO en golpeando en el contra el fondo, sin daño visible. El dueño luego lo sacó a tierra bajo el quillote y se había partido un esparrago. El barco aún navega todas las semanas.
Por esa época un Roy 26 se varó en Punta Negra, entre Colonia y Riachuelo. Estuvo varios días en las piedras hasta que subio el agua y lo sacaron.
Hace unos años, el Burbuja 3, un Colibrí 800 (el 24 modificado) una noche de sudestada terminó en tierra al lado de los postes de alumbrado, en la costanera de San Isidro a la altura de la calle Del Barco Centenera. Estuvo unos días ahí y lo sacaron con otra sudestada. El barco no sufrió más daño que una torcedura en el quillote de plomo y unos rayones en el gelcoat, Luego siguió navegando y corriendo regatas.
A pesar de todo, los quillotes no se caen sin avisar
Saludos